El deslinde es el proceso realizado para determinar los lindes de una propiedad, en el caso de que exista duda sobre los límites de una propiedad privada o un bien de dominio público, con el fin de establecer el lugar donde termina la propiedad de un individuo.
Este acto tiene singular importancia cuando se tiene duda de los límites de los terrenos, aunque no está orientado a desvelar quién es el propietario del mismo. Simplemente se trata de la señalización de los límites perimetrales para evitar posibles intrusiones de otras personas en el terreno, o en el caso de herencias, cuando se quiera determinar exactamente cuáles son los linderos de la propiedad que se hereda.
Asimismo, existen dos tipos de deslindes topográficos: el deslinde de terrenos propiamente dicho, o el deslinde con hitos, que completa el acto de deslindar con la colocación de hitos derivada del amojonamiento.
Tras el deslinde, el siguiente paso es el amojonamiento, que consiste en señalar fisicamente estos límites de la parcela, con lo que se conoce como mojones o hitos, de forma que se fijen físicamente los linderos.
Aunque deslinde y amojonamiento son términos similares no hay que confundirlos, ya que son procesos sucesivos y complementarios.